La encargada de la oficina de Turismo de la Municipalidad de Traiguén, Carolina Muñoz, junto al encargado de la OTR del Consejo de Monumentos Nacionales Araucanía, Cristian Rodríguez Domínguez, realizaron una visita a la localidad de Quilquén y su estación con el propósito de evaluar la generación de un expediente que permita su declaratoria como Monumento Nacional.

Esta estación ferroviaria fue parte del importante ramal Renaico – Traiguén, cuando esta última fue por largo tiempo punta de riel que estuvo operativo hasta comienzos de la década de los 80 en el siglo pasado.

Es así, como en el marco de la semana del Patrimonio Cultural, la oficina de Turismo de la Municipalidad de Traiguén, en consideración a la necesidad de conservar y preservar parte del patrimonio material e inmaterial de la comuna, programó una visita en conjunto con el encargado de la OTR del Consejo de Monumentos Nacionales Araucanía, específicamente a la Villa Quilquén, en donde se encuentra emplazado el edificio que albergó a la Estación de Ferrocarriles de dicha localidad.

Teniendo en consideración el buen estado del inmueble, su ubicación y por ser único en este tipo en el antiguo ramal, la oficina de Turismo de la Municipalidad de Traiguén en conjunto con los entes técnicos especializados del Consejo de Monumentos Nacionales, se encuentran trabajando en un expediente de declaratoria para poder proteger y conservar el mencionado inmueble como parte del patrimonio de la comuna.

“El trabajo que se está desarrollando nos llena de esperanza para que sea uno de los primeros Monumentos Nacionales que exista en la comuna y podamos seguir implementando prácticas para la sostenibilidad de aquellos que no tengan hoy en día una debida protección y uso”, señaló Carolina Muñoz, quien a su vez afirmó que “esta visita me pareció muy productiva ya que es el inicio de un proceso que nos permitirá en un tiempo próximo poder contar con un inmueble que sea declarado y protegido como Patrimonio con denominación Monumento Nacional en nuestra comuna y que nos servirá como punto de partida para que en el futuro podamos declarar otros inmuebles o lugares como un bien protegido por el estado”.

Destacar que, la estación fue parte del ramal conocido en un principio como Angol a Traiguén, que fue licitado por la sociedad de Esteban Horacio Mayers y Carlos Fletcher Hillman, quienes construyeron las vías que permitieron la llegada del primer tren a Quilquén el 13 de febrero de 1888. La estación además de ser parada de todos los trenes que entraban al ramal, prestaba también el servicio de correo, oficina importante para el desarrollo comercial y social de la época.

En los años de operación del ferrocarril en los alrededores de la estación se dedicaban a la siembra de trigo en gran escala en los fundos Quilquén y Santa Clara; en este lugar se sembraban cinco clases de trigo: linaza, americano, blanco, goltro y chino. Para la siega, emparva y trilla se utilizaban máquinas Hodges. Los predios contaban también con unas 300.000 plantas de viña, que producían vinos de regular calidad en las variedades Cabernet, Cabernet Pinot, Cate Rouge y uva romana.

En el año 1909, la Villa Quilquén ya contaba con 440 habitantes. La mayoría obreros y empleados del fundo Quilquén.

En este contexto, la pérdida del ferrocarril fue una dura medida para esta Villa, pues de la noche a la mañana se vieron impedidos de poder viajar a cualquiera de los destinos que les ofrecía el tren, tanto para ir a Traiguén, como para desplazarse directamente a Santiago.

Cabe destacar que la restauración y ocupación de este sitio con significancia cultural, puede ser un beneficio para los vecinos de la Villa Quilquén en relación al valor turístico e histórico que potenciaría la vida social y económica del sector.